jueves, 26 de septiembre de 2013

Las Posturas Invertidas

Como ya hemos ido mencionando en artículos anteriores, el Yoga  es un sistema integral que trabaja con profundidad en todos los aspectos de nuestro cuerpo. Las posiciones invertidas son únicas de este sistema y los libros clásicos las consideran como la fuente de la juventud.
Desde que nos despertamos hasta que nos acostamos nuestras actividades las realizamos en posturas en la que la fuerza de la gravedad, tira de nosotros hacia los pies constantemente, y cuando tenemos bajas las defensas o estamos estresados nos hace sentir que nos pesa el cuerpo. Este constante efecto de gravedad de la cabeza hacia los pies  hace que nuestras vértebras se compriman, afectando directamente al buen funcionamiento del sistema nervioso. Es por esto que cuando nos tumbamos nos sentimos descansado, y cuando adoptamos una postura invertida, por ejemplo, cuerpo tumbado y piernas en alto o sobre una silla, todo el sistema se recupera y se renueva.
¿Què es una asana invertida?
Son posturas en las que se invierte el cuerpo, quedando abajo la cabeza y arriba el resto del cuerpo dejando el peso sobre la cabeza, cuello u hombros (ej. sirsasana ( parada de cabeza), sarvangasana ( la vela) y vrschikasana (el escorpión)). Se incluyen en este grupo las asanas semi invertidas con los pies en el suelo, como la postura del arado y las asanas preparatorias de sirsasana (postura sobre la cabeza).
Durante la práctica de posiciones invertidas le damos la vuelta a nuestro mundo. Por un momento, también, nuestro funcionamiento se pone de cabeza. Los efectos tanto a nivel físico como espiritual son extraordinarios. Es toda una experiencia ver el mundo desde otra perspectiva: dado vuelta. Te otorga otra forma de verte a ti, y de ti en relación al mundo. La realización de asanas invertidas nos obliga a trabajar con nuestros miedos;  caídas, perder el equilibrio y la estabilidad, etc. Tener la capacidad de invertir nuestro cuerpo y quedar sostenidos/as sobre la cabeza por un periodo de tiempo nos libera, nos hace sentirte livianos/as, y más libres.

Beneficios físicos de las posturas invertidas

Al colocar a nuestro cuerpo de forma invertida, la gravedad  produce en él efectos contrarios a los habituales.  Nuestro cuerpo encuentra en estas posturas una forma de estimulación nueva, que produce excelentes beneficios a todos los niveles.  En muchas ocasiones, se les considera uno de los grupos de asanas más beneficiosos.
Al estar de cabeza, la sangre fluye de forma inversa, nutriendo la parte superior de nuestro cuerpo, especialmente el cerebro y las neuronas, y elimina las toxinas de esta área. Las posturas invertidas revitalizan todo el organismo, al invertir la posición del cuerpo retiran el peso corporal de las piernas, aliviando la presión sobre las mismas y retrasando la formación de varices. Las āsanas invertidas poseen un efecto de drenaje sobre los órganos pélvicos y abdominales, mientras que los órganos vitales, como el cerebro, el corazón y los pulmones se llenan de sangre y se oxigenan. Todo este conjunto de efectos es excelente para la salud.
Son posturas recuperadoras, que aportan vitalidad, equilibrio mental y estabilidad emocional. De hecho, se dice que producen incluso una nueva forma de pensar o de enfocar nuestra mente en un asunto. Mejoran la circulación en todo el cuerpo y tonifican el sistema glandular (la postura sobre la cabeza- Sirsasana- por ejemplo activa la glándula pituitaria, mientras que sarvangasana además de fortalecer el sistema nervioso y las emociones, activa las glándulas tiroides y paratiroides). También mejoran la concentración, porque se incrementa el aporte de sangre al cerebro y son una gran ayuda para el sueño.

Por su parte, la respiración se vuelve profunda, lo que maximiza el intercambio de oxígeno por dióxido de carbono. Además alienta una forma correcta de respirar que puede ser incorporada a nuestra vida diaria.  La respiración profunda y correcta también tranquiliza nuestra mente, ya que el estrés está asociado a una respiración corta y principalmente con la parte superior del pecho en lugar de utilizar el abdomen.

Beneficios espirituales de las posturas invertidas

Si bien sus beneficios a nivel físico son realmente buenos, aun más sorprendentes pueden resultar los que ocurren a nivel energético.
Al invertir el cuerpo no solo invertimos el flujo normal de nuestra sangre, sino que volteamos también el flujo del prana, o nuestra energía vital. El prana, que en la mayoría de nosotros se encuentra concentrada en los chakras más bajos como svadhistana o muladhara, encuentra un estímulo para recircular hacia nuestros chakras superiores, sobre todo sahasrara, ajna o vishuddha, dependiendo sobre todo del asana practicado. Este proceso, por el cual la energía de los chakras inferiores es redirigida hacia los chakras superiores es llamado en Yoga “sublimación”.
Por lo tanto, los asanas invertidos son excelentes si queremos abrir el espíritu, mejorar nuestra concentración y meditación, agudizar nuestro intelecto, estimular la pureza en nosotros o sintonizar con la creatividad; todos ellos cualidades de los chakras superiores. En general, dirigiendo la energía hacia “arriba” poco a poco podemos empezar a explorar niveles desconocidos de nuestra mente, sobre todo si lo combinamos con otro tipo de prácticas que estimulen estos chakras, como otras prácticas de sublimación, y sobre todo, meditación.
A su vez, al redirigir nuestra energía hacia “arriba” estamos equilibrando el exceso de energía sexual acumulada o la intensidad de nuestras emociones, entre otras características de los chakras inferiores.  Se trata de una transformación de la energía “baja” en energía “alta”, proceso que es una de las piedras angulares del Tantra, que a diferencia de ramas yóguicas más tradicionales no niega la energía “baja” sino que la utiliza para transformarla en energía espiritual.

Consideraciones a tener en cuenta al practicar asanas invertidos:

  • Es necesario esperar al menos tres horas después de haber comido para practicar asanas invertidas.
  • Practica estas posturas sobre un mat de yoga preferiblemente (que no se mueva), para proteger la cabeza y el cuello. Nunca practiques sobre una superficie blanda, como la cama o un cojín.
  • Si eres principiante, no mantengas este tipo de asanas de golpe por tiempos prolongados; ve incrementando el tiempo poco a poco conforme controles y te sientas más cómodo en la pose.
  • Si sufres de presión alta, problemas de la espalda (especialmente discos vertebrales desplazados) o de alguna enfermedad que cause impurezas en la sangre, consulta con tu profesor de yoga antes de realizar estas posturas.

 Fuentes;

·          Asana Pranayama Mudra Bandha de Swami Satyananda Saraswati (1969/1996) publicado por Bihar School of Yoga.

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