jueves, 29 de agosto de 2013

YOGA EN EL ÁMBITO ESCOLAR

Todos/as conocemos o hemos oído hablar de los beneficios que aporta la práctica del Yoga, en un sociedad en la que habitualmente sufrimos el acelerado ritmo de la vida y, como consecuencia, situaciones de stress. Niñas, niños y adolescentes, no son una excepción y desde edades muy tempranas,  están sometido/as a una gran presión física, emocional, intelectual, etc., que da lugar a problemas que saldrán a la luz con el paso de los años cuando los niño/as se convierten en adolescentes o ya como adultos. Las escuelas actuales son el espejo de la sociedad y los niños están muy excitados por ruidos, gritos, música, el teléfono. Muchos elementos externos son grandes distracciones y muchos niños/as y jóvenes son agresivos/as, muy reactivos, impulsivos, no piensan en las consecuencias de sus actos, y  se observan grandes dificultades de atención y concentración.

La práctica del Yoga en edades tempranas puede contribuir a superar estos problemas ayudando a canalizar emociones, y cuidando la salud física y emocional.

Los/as niños/as y jóvenes no tienen tiempo para reflexionar, porque no tienen ningún momento para ser ellos/as mismos/as. En el Yoga no hay premios ni castigos, nadie gana y nadie pierde, nadie lo hace bien o mal. La práctica de yoga no es competitiva, la recompensa del yoga procede simplemente de la práctica en sí misma y cuando los/as niños/as descubren este enfoque sin presiones, sin competiciones sin tener que rendir cuentas a nadie es cuando empiezan a sentirse libres,  creándose en ellos una sensación de confianza, autoestima y libertad que les ayuda a eliminar todas sus tensiones. 

Beneficios del yoga en niños/as;

A nivel físico. El yoga aumenta la flexibilidad de niñas y niños, y mejora la coordinación de movimientos. Mejora la capacidad respiratoria y ayuda a tomar conciencia corporal. También trabaja sobre el equilibrio por lo que resulta de gran utilidad para niños/as con problemas de agilidad o de bajo tono muscular. Mejora  los hábitos posturales, mejorando y eliminando problemas de columna vertebral y espalda.
A nivel intelectual. Potencia la atención y la memoria. Ayuda a relajarse, aumenta la estimulación y motivación. Mejor desarrollo de la atención, concentración, memoria e imaginación. En general, a partir de la práctica del yoga, los niños y niñas se encuentran menos estresados y aprenden a respetar las diferencias, así como a ir más allá ante los retos de la vida. 

A nivel emocional. El yoga también contribuye a desterrar los miedos nocturnos y a combatir el insomnio infantil. Ayuda a controlar el nerviosismo, reduce la agresividad y aumenta la concentración. Mejora la autoestima, y armoniza la personalidad y el carácter. Contribuye a una mejor comprensión e interacción con los demás, aprendiendo a relajarse para hacer frente al estrés.



La filosofía del yoga encaja perfectamente con la idea de educación. La introducción del Yoga en la escuela constituiría la integración de lo que llamamos la escuela para la vida en el aula, porque el Yoga te ayuda a ser feliz, a descubrir la paz, la salud y la armonía en todos los aspectos existenciales del ser humano. Si entendemos la educación como un aprendizaje para la vida, veremos que va más allá de la mera función instrumental, se extiende hacia el desarrollo integral de la persona. El yoga trabaja desde esta perspectiva, teniendo en cuenta que somos una unidad: cuerpo, mente y espíritu.

La escuela es un espacio para el conocimiento de uno mismo y del mundo, en ella podemos aprender a vivir en sociedad, a ser responsables de nosotros/as teniendo en cuenta al otro/a, a crear un ambiente de respeto hacia uno/a mismo/a y hacia los demás, a ir desarrollando un código ético y social que nos servirá para convivir dentro de la sociedad.

El yoga contribuye a despertar las «inteligencias múltiples» que tenemos, a ser más creativos, inteligentes, felices y libres. Para un buen aprendizaje, el cuerpo necesita estar relajado, la respiración debe ser libre, las emociones, equilibradas y la mente ha de estar concentrada: «aprender a aprender». (El Yoga en la escuela. Dolors Garcìa Debesa).

Una clase de yoga en cualquiera de los niveles educativos, afecta positivamente al alumno/a, al docente, a la relación entre ambos y al proceso de enseñanza-aprendizaje. Una clase de yoga en la escuela, tiene efectos sobre toda la comunidad educativa. Lo/as alumno/as mejoran su estado físico, mental y emocional.  Así pueden incorporar los nuevos contenidos naturalmente; comprendiendo, analizando, reflexionando,  aprendiendo de un modo integral.

El/la docente puede experimentar los efectos manteniendo en el aula un ambiente de respeto y tranquilidad.  Esta experiencia favorece su relación con lo/as alumno/as y le permite dedicar más tiempo a la enseñanza de los contenidos que a la puesta de límites, sin desgastar su salud física, mental y emocional.


Los beneficios alcanzan a la familia, siendo el/la niño/a protagonista de este cambio.

En este sentido, y en el ámbito escolar, el yoga es un recurso muy útil para la mejora de los procesos de enseñanza aprendizaje, ayudando a que el/la otro/a llegue a ser él/ella mismo/a plenamente, desarrollando cada vez más su potencial y la conciencia que surge de sí mismo/a y dejando de funcionar a través de hábitos adquiridos y de condicionamientos.

Fuentes;



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